Aquí no defendemos la teoría creacionista bíblica, que supone que el Mundo
fue creado hace cinco o seis mil años, en seis días terrestres, al estilo de lo
que cuenta el libro del Génesis. En realidad, admitimos que ha habido cierta
evolución, y la sigue habiendo, pero ésta es de una naturaleza distinta a lo que
claman los evolucionistas, puesto que la evolución tiene un propósito muy
específico y está conducida inteligentemente por un Programa Universal , es
decir, es una Creación.
Que el Cosmos haya evolucionado desde la simpleza extrema hasta la
complejidad y la autoconsciencia, es una visión fundamental en la ciencia
actual, desde la astronomía, cosmología, física..., hasta la biología,
antropología e incluso hasta la filosofía y la religión. Así es que la evolución
de las especies no está en contradicción con la sabiduría perenne, como muchas
personas simples han sido inducidas a creer, pero el hecho de que se la
considere desprovista de propósito, así como a la idea de Dios innecesaria, lo
está.
Se ha venido pensando que las creencias religiosas y las científicas deben ir
siempre separadas, sin embargo grandes científicos del pasado (Isaac Newton,
Louis Pasteur, Michael Faraday,...) y del presente (Fred Hoyle, John A. Wheeler,
Paul Davies...) han trabajado dentro de la Ciencia con la convicción de que
ideas religiosas y científicas se hallan íntimamente relacionadas.
Si se demuestra que postular la intervención de Dios como Creador o Diseñador
del Programa Universal es científicamente más ventajoso que no hacerlo, entonces
deberemos rectificar aquella máxima que aseguraba que la idea de Dios no debía
aparecer en los trabajos científicos.
Cuando se eliminó a Dios de los tratados científicos se hizo por un motivo de
simplicidad, porque se pensaba que era más simple una teoría que no necesitase a
un "ser" que influyera en el universo desde fuera, a otra que sí lo hiciera,
pero tras muchos años desarrollando la Ciencia, nos hemos ido dando cuenta que
era imposible eliminar esos efectos colaterales, como por ejemplo las
"coincidencias fortuitas". A medida que la Ciencia ha ido avanzando, nos han ido
apareciendo más y más coincidencias, y claro está, eso no es 'simplicidad".
Sin embargo, había que llegar a una idea más sutil de simplicidad, la
"simplicidad inclusiva", que incluye la complejidad y la diversidad de las
especies, la consciencia y los valores humanos, dentro de una unidad integral de
completitud, tal como vamos a verlo aquí.
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