FORMAS INTERMEDIAS
Una de las creencias fundamentales del evolucionismo es que el hombre
evolucionó a partir de otros animales a través del tiempo, gracias al azar y a
la selección natural. Algunos insisten en que el evolucionismo no enseña que el
hombre evolucionó de los simios sino más bien de los antecesores "semi-simios".
Este argumento es engañosos pues virtualmente cualquiera de los "ascendentes
homínidos" conocidos si estuvieran viviendo actualmente serían clasificados como
simios. Se define a un "simio" como a un mono que carece de cola. La
investigación que se viene llevando a cabo para determinar si el hombre procede
del simio siempre comenzó asumiendo que esto ha sido así. No se ha permitido
nunca realizar interpretaciones que cuestionen esta suposición "a priori".
Entonces lo único que ha sido buscado en paleoantropología (el estudio de los
fósiles humanos y "prehumanos") han sido las etapas transitorias entre animales
semi-simios y el hombre. Sin embargo, las formas transitorias se han mostrado
aquí elusivas, no sólo en el caso humano, sino en cualquier otra especie de
animal o planta. Los eslabones perdidos permanecen perdidos.
Uno podría pensar que los paleoantropólogos dispondrían de alguna clase de
rasgos estructurales que puedan ser asumidos como comprobantes de que un simio
se está transformando en hombre. Puesto que principalmente son los cráneos, y en
especial los dientes, podríamos esperar razonablemente que el criterio para
juzgar las formas transitorias se encuentre basado en estos. Lo que realmente
nos estamos preguntando es ¿qué cosa es un homínido ?. Un homínido se define
como un primate que camina erguido y que sea un antepasado "conocido" del
hombre, pariente colateral del hombre o hombre verdadero. Obviamente el hombre
es el único homínido conocido.
La prueba señalada más a menudo para mostrar que un simio está en proceso de
evolución hacia el hombre es la forma y capacidad craneal. La media para los
humanos es de 1.350 cc para una mujer y 1.500 cc para un hombre. El rango en el
que se mueven es desde 830 cc. (aborígenes australianos) hasta el cráneo mayor
registrado, de unos 2.800 cc. Virtualmente no hay una relación conocida entre la
inteligencia y el tamaño del cerebro entre los humanos que se encuentran dentro
de este rango. Para comparación, los simios modernos tienen una capacidad
cerebral de 500 cc.
CARACTERISTICAS DIFERENCIADORAS EL CRANEO HUMANO COMPARADO AL DEL
SIMIO.
Protuberancias frontales en forma de pequeñas bóvedas en las cuencas de los
ojos y relativamente muy distanciados arcos dentales -- parabólicos para el
hombre y en forma de U para los simios--, la morfología de los dientes, pequeños
incisivos y caninos comparados a los molares, la posición y forma de las
mandíbulas, los ángulos de los dientes caninos y el maxilar.
¿ Tienen los paleoantropólogos una base consistente para determinar si una
criatura semi-símia está cerca del hombre o convirtiéndose en hombre ?. La
respuesta es muy simple: NO !. En su libro LUCY, Donald Johanson dijo:
"Puede parecer ridículo para la ciencia haber estado hablando de humanos,
prehumanos y protohumanos durante más de un siglo sin siquiera comprender qué
era un humano. Ridículo o no, incluso hoy mismo, no tenemos una definición
aceptable de lo que es un humano, no disponemos de un conjunto de
especificaciones que capaciten a cualquier antropólogo decir inmediatamente y
con confianza lo que es y lo que no es un humano".
El distinguido anatomista británico Sir Solly Zuckerman ha señalado
exactamente lo mismo en un trabajo titulado "Correlation of Change in the
Evolution of Higher Primates" (in EVOLUTION AS A PROCESS, A.C. Hardy, and E.B.
Ford, eds., 1954):
" Las consideraciones en filogenia no son nada más que deducciones,
confeccionadas a la luz de la escala de tiempos geológica... Las deducciones a
veces son basadas de forma muy insegura debido a las pruebas inadecuadas". "La
ausencia de un criterio aceptado por el que juzgar la naturaleza homínida, o si
no, los rasgos de la línea de separación en los huesos, hace muy difícil la
posición entera".
Aun así eso no es lo más difícil para afirmar que un cráneo sea humano, el
problema viene con la idea de un simio en vías de transformación a hombre. ¿
Exactamente qué debería uno buscar en un simio para probar que está en evolución
hacia hombre ?, o viceversa ¿ qué rasgos debería uno buscar en un hombre que
indicarán que se encuentra más relacionado a los simios que a los otros hombres
?. Finalmente no debemos pasar por alto el problema del rango de variación que
es normal para una especie primate dado el dimorfísmo sexual que a menudo es
muy extremo en los primates no humanos.
Antes que comencemos nuestro análisis del conjunto de personajes que han sido
propuestos como antepasados del hombre, deberíamos familiarizarnos con ciertos
términos utilizados por paleoantropólogos para denominar a sus pretendidos
homínidos. El término "phitecus" significa "simio", "anthro" significa "hombre",
y "homo" significa "hombre moderno". Así el nombre "Pithecanthropus" significa
literalmente "hombre simio".
EQUIVOCACIONES DEL PASADO.
EL HOMBRE DE PILTDOWN --- Eanthropus dawsoni (hombre de
Dawn). En 1812, Charles Dawson un doctor en medicina y un paleontólogo
aficionado descubrieron una mandíbula y parte de un cráneo en una fosa de
gravilla cerca de Piltdown (Inglaterra). El hueso de la mandíbula tenía forma de
simio pero mostraba dientes con forma semejante a la humana. El cráneo tenía
clara forma humana. Las dos muestras fueron combinadas para formar el "hombre de
Dawn", que fue estimado que tenía 500.000 años de antigüedad.
La cosa completa resultó ser un elaborado engaño. El cráneo era humano (de
hace unos 500 años) mientras que la mandíbula era de un simio moderno cuyos
dientes habían sido limados para que asemejaran a los humanos. El engaño que
duró más de 50 años, a pesar de la cuidadosa exploración de las mejores
autoridades del mundo en la materia, hizo que Sir Solly Zuckerman declarase:
"Es muy dudoso que haya algo de ciencia en la búsqueda de antepasados fósiles
del hombre."
EL HOMBRE DE NEBRASKA ----Hesperopithecus haroldcookii---.
En 1922, Henry Faifield Osborn, entonces director del American Museum of natural
History, recibió un diente que Mr. Cook dijo haber encontrado en los depósitos
del Plioceno que se hallan en Nebraska. Osborn aseguraba que ese diente tenía
características de hombre y simio, y por tanto supuso que era de un antepasado
del hombre. Otros distinguidos científicos apoyaron la tesis de Osborn. Unos
dibujos del hombre de Nebraska y de su mujer se publicaron en el Illustrated
London Daily News. Este diente se utilizó en el debate "Monkey" en 1925 como una
prueba irrefutable de la ascendencia animal del hombre. Como William Jennings
Bryan vivía en el estado de Nebraska, Osborn le criticó en la prensa por dudar
del hombre de Nebaska:
"la tierra habla a Bryan desde su propio estado de Nebraska. El diente del
Hesperopithecus es como un susurro, como una pequeña voz. Suena, pero no es
fácil de oír. Este pequeño diente nos dice volúmenes enteros de verdad, en los
que se muestran pruebas de que los hombres descendemos del mono".
En 1927 se encontraron otras partes del esqueleto de ese "hombre", entonces
quedó claro que la "pequeña voz del susurro" no era más que el diente de una
especie ya extinta de cerdo (peccary).
RAMAPITHECUS
Durante mucho tiempo se creyó que este animal representaba la primera rama de
la línea de los simios que había evolucionado hacia el hombre --hace 14 millones
de años--. En un artículo sobre el Ramapithecus en Scientific American (May
1977) el doctor Elwyn Simons dijo:
"este primate extinto es el más antiguo homínido o con forma distintivamente
humana, miembro del árbol familiar del hombre. El hallazgo de muchas nuevas
muestras de él ha clarificado su lugar en la evolución humana".
Simons concluyó de manera confidencial que:
"Ahora puede trazarse sin temor de contradicción la trayectoria de los
homínidos generalizados hasta el genero Homo".
La importancia crucial del Ramapithecus como un antepasado de los homínidos
es evidente en este comentario que hizo Simons en la revista Time (7 Nov. 1977):
"El Ramapithecus se encuentra estructurado idealmente como un antecedente de
los homínidos. Si él no hubiera existido entonces no tendríamos algo como esto".
La confianza de Simon en la ascendencia humana u homínida del Ramapithecus es
sorprendente en vista del estudio llevado a cabo por el Dr Robert Eckhardt
aparecido en Scientific American (226: 94, 1972). Eckhardt había realizado 24
diferentes medidas de los dientes de dos especies de Dryopithecus (un simio
fósil) y una especie de Ramaphitecus. Comparó el rango de variación de estas
medidas con medidas similares de una población de chimpancés modernos, y
encontró que había había una mayor variación en los dientes de de los chimpancés
actuales que la que había entre el Dryopithecus y el Ramapithecus. Esto es muy
significativo puesto que el Ramapithecus había sido considerado como un homínido
temprano principalmente en base a sus dientes. Eckhardt concluyó:
"No hay una prueba persuasiva para la existencia de alguna especie homínida
en el intervalo del Plioceno, a no ser que el término homínido signifique
simplemente algún individuo, simio, que casualmente posea unos dientes pequeños
y una correspondiente cara pequeña".
Richard Leaky (American Scientist 64:174, 1976) está de acuerdo aparentemente
con Eckhardt:
"el caso del Ramapithecus como un homínido no tiene sentido, y los fragmentos
de material fósil dejan abiertas muchas cuestiones".
¿ Y que hay del asunto del arco dental del Ramapithecus ?. En 1961, Elwyn
Simons publicó un dibujo reproduciendo el arco dental del Ramapitecus basado en
un fragmento (YPM 13799), el cual supuestamente mostraba una casi parabólica
forma con los dientes caninos posteriores fuertemente divergiendo hacia fuera.
Esta reconstrucción ha sido aceptada y reproducida por numerosos autores. Sin
embargo, en 1969, Genet-Varcin utilizando el mismo fragmento maxilar mostró que
es posible una completamente diferente reconstrucción mostrando el arco dental
con forma de U típica de los simios. Es más, hay animales vivientes con
características dentales muy similares a las del Ramapithecus. Un babuino de
altitud que vive en Etiopía (Theropithecus galada) tiene incisivos y caninos que
son muy poco comunes con los que poseen otros simios vivientes, además también
posee la cara corta y similar a la humana, al igual que los tipos Ramapithecus y
Australopithecus. Claramente los dientes reflejan un hábitat y dieta
específicos, y no evolución.
Algunos investigadores han sugerido que el Ramapithecus no es más que una
hembra de Dryopithecus, que todo el mundo está de acuerdo en que fue un simio,
otros han apuntado que algunas muestras recientes de Ramapithecus muestran una
evidente carencia de caninos pero que esto es a menudo ignorado por los autores
que desean enfatizar a toda costa su estatus homínido.
Se han hecho muchos dibujos de Ramapithecus caminando erguidos, pero Zihlman
y Lowenstein han señalado:
"Se han reconstruido a Ramapithecus andando erguidos, y se ha hecho partiendo
únicamente de mandíbulas y dientes. En 1961 estaban desesperados por tener un
antepasado humano. El príncipe de los simios se hizo con esa posición por sus
dientes, y ha estado colgado en ella desde entonces, su legitimidad santificada
por millones de libros de texto y Time-Life volúmenes sobre la evolución
humana".
El Ramapithecus puede no estar tan bien colgado después de todo, en un
reciente ejemplar de Science 82 (April p. 6-7), aparece un articulo titulado
"Los Humanos pierden un temprano antecesor" que dice:
"Un grupo de criaturas que se creían representar nuestros antepasados más
remotos pueden haber sido eliminados de un golpe de nuestro árbol familiar
humano, de acuerdo al paleontólogo de la universidad de Harvard, David Pilbeam.
"Muchos paleontólogos han mantenido que los "ramamorphs" son nuestros más viejos
antepasados, evolucionando después de que dimos el salto desde los monos
africanos". "Pero las conclusiones la hemos extraído de poco más que que unos
pocos huesos de mandíbula y algunos dientes". "la pesada mandíbula y los
delgados esmaltados dientes se asemejan a los de antepasados tempranos del
hombre, dice Pilbeam, pero en aspectos más significativos, tales como la forma
de su paladar y el conjunto cerrado de las cuencas oculares que son más altas
que anchas, y la forma de la juntura de la mandíbula que parece más a la de un
antepasado de orangután".
AUSTRALOPITHECINES
En su libro LUCY, Donal Johanson se refiere al "australopithecines mess" y en
realidad como veremos en seguida, no es más que eso, un "mono del sur", tal como
literalmente el nombre Australopithecus indica. Este nombre se le dio cuando los
primeros fósiles fueron hallados en las canteras de caliza de Sudafrica (en
Taungs). En 1924 un fósil de la cara, mandíbula inferior y un vaciado de carneo
de un mono joven fueron encontrados en un cerro junto a los restos de otros
animales; todos ellos mostraban marcas de golpes. El fósil se lo enviaron al Dr
Raymond Dart, profesor de Anatomía en la universidad Witwatersrand de
Johannesburgo.
Dart estaba convencido que ciertos aspectos del cráneo de Taungs y
particularmente los dientes tenían forma humana así concluyó que el fósil
representaba una especie intermedia entre los simios y hombres. Inmediatamente
se apresuró a dar la noticia a la publicación "Nature", en un artículo titulado
"Australophitecus; el hombre-mono de Sudafrica". Sus opiniones en esta materia
fueron ampliamente despreciados por los científicos de su tiempo quienes
consideraban que el fósil era de una clase de chimpancé. El cráneo fue pronto
conocido como "Dart"s baby", sin embargo Dart y Dr Robert Broom, un físico,
pasaron el resto de sus vidas intentando ganar aceptación para el
Australopithecus.
Muy poco después del descubrimiento del "niño de Taungs" como se le conoce
hoy, Dart y Broom encontraron otros Australophitecus en Kromdraii, Swartkrans y
en Makapansgat. Los monos parecían mostrar dos líneas paralelas de desarrollo,
una siendo pequeña "grácil" y la otra grande "robusta". Ha habido mucha
controversia respecto a estos dos tipos y algunos investigadores, incluyendo
Richard Leakey, han concluido que ellos representan únicamente macho y hembra de
la misma especie, mientras que otros dicen que la forma grácil, que se considera
más antigua, evolucionó hacia la forma robusta. Hoy estos animales son conocidos
como el Australopithecus Africanus y el Australopithecus Robustus
respectivamente. Este último es claramente más pesado, tiene mandíbulas más
masivas y una pronunciada cresta sagital --todos estos aspectos son típicos del
dimorfismo sexual en los simios machos. El australopithecines normalmente ha
sido hallado en asociación con otros animales tales como babuinos, y estos a
menudo muestran evidencias de golpes en los cráneos. También fueron halladas
herramientas de hueso en forma de porras, cuchillos y pequeñas hachas, así como
evidencias de fuego. Podria ser muy atractivo asumir que los Australopithecines
habían sido los cazadores y carniceros, sin embargo algunos de sus cráneos
tenían evidencias de haber sido reventados también. ¿ Fueron entonces ellos los
cazadores o los cazados ?. Un periodista americano se encontró en una ocasión
con Dart quien le convenció que los Australopithecines se cazaban unos a los
otros. El periodista, Robert Andrey escribió un libro, AFRICAN GENESIS, que
popularizó la visión del "mono cazador".
En 1959, Mary Leaky descubrió un cráneo malamente fragmentado (100 piezas) en
Olduvai Gorge en el Este de Africa. Cuando se lo mostró a su marido Lewis, está
escrito que dijo "Pero qué, si no es más que un maldito Australopithecine".
Louis rapidamente rectificó de su rechazo inicial cuando encontró en el mismo
estrato una gran variedad de herramientas así como huesos fosilizados de
animales. Los huesos de muchos de estos animales revelaban que habían sido
mordidos y rotos deliberadamente para extraer su interior. Leakey en base a
estas pruebas decidió que su fósil había sido el artífice de ls herramientas y
el carnívoro, de esta manera lo llamó "Homo Habilis". La mayoría de los demás
investigadores no se sentían cómodos con la idea de que tal extremadamente
primitiva bestia fuera un constructor de herramientas. Al igual que el
Australopithecus Robustus, el "Homo Habilis" de Leakey tenía unos enormes e
inhumanos molares, un cerebro muy pequeño y una gran cresta sagital ósea en la
cúspide del cráneo. Más tarde, Leacky pensó mejor toda la idea del "Homo
Habilis" como constructor de herramientas y le degradó en la clasificación a la
categoría de Zinjanthopus, que significa "hombre de Africa del Este". A pesar de
que Mary Leacky fue la descubridora del Zinjanthopus, o "Zinj" como ella le
solía llamar, lo que le hizo famosa a Louis Leakey fue la publicidad obtenida a
través de las publicaciones y reportajes de la National Geographic Society.
Precisamente fue esta sociedad la que financió todo el trabajo de Leaky. Toda
esa publicidad de Leakey y "Zinj", convirtieron nuevamente a la
Paleoantropología en popular y respetable, después de un largo periodo de
descrédito que siguió al engaño de Piltdown. Hoy, el Zijanthropus es considerado
por todo el mundo otro Australopithecus Robustus, exactamente como Lewis Leaky
había exclamado la primera vez que lo vio.
Hay muchos que consideran a los Australopithecus como homínidos porque creen
que fueron bípedos y así con forma de andar erguida. Dart y Broom, por ejemplo,
no habían tenido ningún problema en determinar que sus Australopithecus fueron
homínidos que andaban erguidos, sin embargo ellos no poseían ningún fósil
postcraneal !. Hasta la década de 1970, la postura bípeda erguida estaba basada
en la posición del "foramen magnum" y hallazgos muy fragmentados de pelvis,
costillas y huesos del pie. Entonces Richar Leakey encontró varios restos más
casi completos que arrojaron una considerable duda a la idea de la postura
erguida. En Science News de 1971 (100:357) Leakey comentó lo siguiente:
"Los Australopithecines tenían brazos largos, piernas cortas y se apoyaban en
los nudillos, de forma similar a los monos de Africa".
Quizás nadie ha estudiado tan intensamente al Australopithecus como Sir Solly
Zuckerman, y sin embargo el rechaza la idea que sea clasificado como un homínido
en lugar de como un simio (en EVOLUTION AS A PROCESS, 1954):
"En realidad, no hay ninguna duda sobre lo que se parece el cráneo
Australopithecino cuando lo situamos frente con frente con una muestra de cráneo
humano y otra de cráneo de simio. Se asemeja tanto al del simio, que únicamente
un detallado escrutinio puede revelar alguna pequeña diferencia entre ellos".
Y con respecto a su supuesta postura bípeda, Zuckerman dice:
"En una palabra, la prueba para una postura erguida, tal como derivada del
estudio de pequeños restos de huesos, parece cualquier cosa, pero no una prueba
cierta".
Además de esto, el anatomista Dr. Charles Oxnard de la Universidada de
Chicago asegura:
"ahora hay disponibles estudios multivariados de varias regiones, hombros,
pelvis, tobillo, pie, codo y mano para el Australopithecus, todos estos sugieren
que la visión común de que estos fósiles tengan algo de similar al hombre
moderno es muy incorrecta. La mayoría de los fragmentos fósiles en realidad son
completamente diferentes tanto al hombre como a los genéticamente relacionados,
el chimpancé y el gorila". (Nature 258:389).
Ninguno de los investigadores, que han pasado gran parte de su carrera
profesional estudiando los Australopithecines, creen ahora que ellos fueran
bípedos y andaran erguidos. La mayor parte de evolucionistas consideran al
Australopithecus Africanus y al Robustus como muertos para el asunto de la
evolución. Aquí incluso podríamos haber omitido enteramente toda esta historia
del Australopithecus si no fuera por una historia de amor sobre un
Australopithecine llamado "Lucy".
AUSTRALOPITHECUS AFARENSIS
En 1974 mientras estaban buscando huesos de antepasados humanos tempranos en
Hadar, un desierto al nordeste de Etiopía, el paleoantropólogo Donal Johanson y
el geólogo francés Maurice Taieb, descubrieron un esqueleto casi medio-completo
que ellos estimaron tenía 3 millones de años de antigüedad. A este espécimen de
una hembra diminuta lo llamaron "Lucy" debido a la canción "Lucy in the Sky With
Diamonds". Un año más tarde, fueron hallados porciones de 13 fosilizados
animales similares. Sin embargo, la mandíbula de Lucy en forma de V era muy
diferente de la de los otros y se decidió llamar a este fósil
"Australopithicines" . Con respecto a los cráneos , la mayoría era marcadamente
más similar al de los simios que los de los propios Australopithecus africanus
o robustus, de esta manera decidieron llamarlos Australopithecus Aferensis.
Johanson también decidió incluir algunos Australopithicines descubiertos por
Mary Leaky a más de 1000 millas de Laetoli dentro de la misma especie. Mary
Leaky puso objeciones a esta decisión diciendo que el trabajo de Johanson "no
era muy científico", a lo que Johanson respondió que Mary Leaky "realmente
muestra una apreciación muy pobre de todo lo que es la evolución".
Lucy tiene una altura de unos 3,5 pies (1,25 m) y tiene una cavidad cerebral
extremadamente pequeña incluso para simios estándar. En su libro LUCY, THE
BEGINNINGS OF HUMAN KIND, Johanson dijo:
"con LUCY yo no tengo ningún problema. Ella era tan extraña que no merece la
pena cuestionar si era un ser humano. Simplemente no lo era. Era tan pequeña,
con un cerebro tan pequeño, con una mandíbula en forma incorrecta. Sus dientes
se apartaban de la condición humana y tenían la forma de la de los simios, y las
mandíbulas tenían algo de estos aspectos primitivos".
Sin embargo, basándose en la juntura de los huesos de la pelvis y de la
rodilla, Johanson creía que Lucy caminaba a la manera bípeda erguida. Así creía
que Lucy representa un antepasado tanto del hombre como del Australopithecus
africanus. Lo que raramente se menciona es que en realidad la juntura de la
rodilla se había encontrado a más de una milla de distancia del esqueleto y en
un estrato 2oo pies más abajo !.
Nota al lector: "A menudo, la juntura de la rodilla (1973) se menciona en el
mismo contexto que el esqueleto de Lucy. Esta juntura de la rodilla, sin
embargo, se encontró a más de una milla y en un estrato inferior en 200 pies al
del esqueleto de Lucy (1974) -- un punto que no siempre se ha dejado claro por
aquellos que discuten la prueba del bipedalismo del Australopithecus afarensis
en general, o de Lucy en particular. Johanson nunca ha asegurado que la rodilla
de 1973 pertenezca a Lucy, pero está convencido que esa rodilla pertenece a la
misma especie que Lucy (Australopithecus afarensis) por su "similitud
anatómica".
Como ya hemos visto, Johanson es muy propenso a incorporar fósiles de otras
personas en su clasificación. No sólo incorporó los fósiles de Mary Leaky como
Australopithecus afarensis, en contra de sus opiniones, sino que también clamó
que el Australopithecus afarensis fue el autor de las huellas que ella había
descubierto en los estratos de ceniza volcánica en Laetoli. Mary Leaky había
descubierto un rastro de varios metros de huellas consistente en 20 pisadas de
un individuo del tamaño y forma de un humano moderno de 10 años, y 27 pisadas de
una persona más pequeña. El paleoantropólogo Timothy White que en ese tiempo
estaba trabajando con Leakey dijo:
"No hay confusión posible sobre esto, éstas son como huellas humanas
modernas. Si uno estuviera en una playa actual de California, y se preguntara a
un chico de cuatro años sobre lo que era eso, él contestaría inmediatamente que
alguien ha andado por allí. No podría distinguir entre esas y las cientos de
otras huellas de la playa, ni ustedes tampoco podrían hacerlo. La morfología
externa es la misma. Está presente un bien formado talón moderno con un fuerte
arco y delante una buena protuberancia del pie. El dedo gordo está dirigido
linealmente. No se arquea hacia afuera como los de los simios" (Lucy p. 250,
Johanson & Edey)
Louis Robins de la Universidad de Carolina tras analizar las huellas de las
pisadas dijo:
"el arco está elevado, el individuo más pequeño tenía un arco más elevado que
el que tengo yo -- los dedos tocan el suelo como lo hacen los de los humanos.
Esto no lo puedes ver en otras formas animales". (Science News 115:196-197,
1979).
En una conferencia en St Louis, Mary Leaky apuntó un fundamental aspecto de
esas pisadas que corrientemente uno no ve mencionado en la literatura; todas las
pisadas de los pies grandes tenían una huella de pie pequeña sobrepuesta sobre
ellas ! Mary Leaky misma reconoció que esto parecía como si un niño estuviera
intencionadamente alargando su zancada para alcanzar los pasos de las huellas de
los pies mayores !. No es necesario enfatizar que ésta es una conducta más
sofisticada que lo que uno puede esperar de los simios. Además había miles de
trazas de una amplia variedad de animales que son similares a los que están hoy
viviendo en ese mismo área, incluyendo antílopes, liebres, jirafas,
rinocerontes, hienas, caballos, cerdos y dos clases de elefantes. Incluso allí
mismo se hallaron varios huevos de pájaros la mayoría de los cuales se puede
relacionar con huevos de especies actuales.
Mary Leaky asume que las pisadas las hicieron homínidos pero no "Homo
Sapiens" porque el estrato en que fueron encontradas las huellas tiene una
antigüedad estimada en 3,5 millones de años. Casualmente esa es la hoy presunta
edad del A. aferensis, y así es que Johanson insiste en que esas huellas
simplemente las podrían haber dejado sus A. aferensis:
"las huellas de pisadas serían de A. aferensis. Lo cual sustenta nuestra idea
que el bipedísmo comenzó muy temprano, y nuestra disputa en que el cerebro era
demasiado pequeño como para manejar herramientas".
Mary Leaky no está de acuerdo con Johanson en que el A. aferensis haya
producido esas huellas. Pero Mary Leaky no es la única que le cuestiona. En un
articulo aparecido en Science News 122:116 con el titulo "¿ Fue Lucy un trepador
?" dos grupos de científicos trabajando independientemente defienden la tesis de
que Lucy había abandonado completamente los árboles y andaba completamente
erguida sobre el suelo. El antropólogo Russel Tuttle de la Universidad de
Chicago dijo que las pisadas de Laetoli que Leaky descubrió en Tanzania fueron
hechas por otra especie humana de hombre-mono que coexistió con el A. aferensis
hace alrededor de 3,7 millones de años, el cual era un hominido desconocido que
representaba el antepasado directo del hombre. Después de un cuidadoso examen de
las huellas de Laetoli y de los huesos del A. afarensis de Hadar, Russel
concluyó que "el pie de Hadar tiene la forma del de un simio, con dedos
curvados" mientras que las huellas de los pies dejados en Laetoli son
"virtualmente humanos".
Susman y Stern de la Univesity of New York de Stony Brook, han concluido que
el A. afarensis así como era capaz de andar erguído pasaba considerable tiempo
en los árboles. Esta conclusión la basan en el examen de los huesos del pie,
mano y escápula de Lucy, que según ellos muestra "una inconfundibles marcas de
trepar". También creen que las proporciones de las extremidades de Lucy no
permiten una forma de caminar erguida.
Finalmente, para hacer el asunto más confuso aún, algunos antropólogos claman
que el A. afarensis es realmente el mismo animal que el A. africanus. En una
conferencia en la Universidad de Washington en St Louis(Mayo, 1984), el
antropólogo de Harvard Dr. David Pilbean mantuvo que el A. aferensis era
virtualmente indistinguible del A. africanus. Por otra parte, Pilbeam dijo que
el creía que el A. africanus era directamente antepasado del hombre pero
reconoció que en el registro fósil de los homínidos, un organismo "podía ser
sustituido por otro".
HOMO HABILIS
Como ya hemos indicado, la taxonomia del Homo Habilis tuvo su nacimiento
ilegítimo con el Zinjanthropus que Louis Leaky consideró ser el "hombre hábil"
responsable de las herramientas de piedra que había encontrado enterradas. Tras
la degradación de Zinj a la simple categoría de Australopithecine, Louis Leaky y
sus colaboradores registraron cuatro nuevas muestras fósiles encontradas en 1964
en Olduvai Gorge. Según ellos estos fósiles mostraban cráneos más grandes que el
australopithechines y por tanto merecían pasar a ser clasificados como Homo
Habilis. Todos ellos eran cráneos y mandibulas fuertemente machacados. En su
libro LUCY, Johanson dijo:
"siempre con la obsesión de encontrar fósiles humanos, él (Leakey) insistió
en que estos pertenecían al genero Homo y que deberían ser denominados así".
La medida de la capacidad craneal de estos fragmentos fósiles era muy difícil
si no imposible, pero se sacó la conclusión que su promedio era nada menos que
de 642 cc., es decir, 200 cc. mayores que los del australopithecines y que ello
era suficiente para convertirlos en humanos. También hicieron notar que sus Homo
habilis tenían molares y pre-molares con similar forma que la de los humanos.
Pero sin embargo, no todo el mundo era igualmente entusiasta hacia estos nuevos
candidatos a ocupar el puesto de "hombres hábiles". Wilfred LeGros Clark dijo:
"El Homo habilis ha recibido una buena cantidad de publicidad desde su súbita
aparición, si consideramos el escaso material que se ha publicado, uno debería
esperar que desaparecerá tan rápidamente como el llegó" (LUCY).
C. Loring Brace parece estar de acuerdo con esta valoración:
"El Homo Habilis es un grupo taxonómico vacío que se ha propuesto
inadecuadamente y que debería formalmente desaparecer".
Nuevos soplos de vida le llegaron al Homo Habilis gracias al hijo de Louis
Leakey, Richard, que trabajó en el área de Lago Rudolf en Kenia. Richard
solicitó y consiguió ayuda financiera a la National Geographic Society con el
propósito de encontrar antepasados humanos. Leakey halló numerosas herramientas
de piedra y 40 muestras de Australopithecus. Poco después, en 1972 hizo un
descubrimiento que hizo tambalear los fundamentos de la paleoantropología,
porque encontró al constructor de herramientas, aquel al que su anciano padre
había estado buscando en vano. Halló varios fragmentos óseos fosilizados de
cráneo que su mujer Meave cuidadosamente ensambló para lograr un casi completo
cráneo, excepto la mandíbula inferior. A este cráneo le dieron el nombre poco
imaginativo de KNMER 1470 por haber sido registrado en el Kenya National Museum
de East Rudolf.
La capacidad craneal del 1470 fue difícil de estimar debido a las condiciones
de la muestra pero se calculó que serían unos 800 cc. (más tarde se dejaron en
750 cc.), mucho mayor que el de la mayoría de los hombre-monos. Tenía únicamente
pequeñas protuberancias en las cejas, sin cresta y con abombamiento craneal
típico de los humanos. En realidad, este parecía ser un cráneo humano. El
profesor A. Cave, un anatomista que fue el primero en demostrar que el hombre de
Neanderthal fue un Homo Sapiens, examinó en Londres a KNMER 1470 y concluyó que:
"hasta lo que yo puedo ver, este cráneo es típicamente humano". Además de esto,
Leaky encontró dos fémures completos, una parte de un tercer fémur y partes de
una tibia y fíbula, todo ello cerca del cráneo, que según dijo: "no puedo
realmente distinguir del Homo sapiens".
LA DATACION "ABSOLUTA" DE KNMER 1470.
¿ Qué edad tiene KNMER 1470 ?. En julio de 1969 fueron enviadas a Cambridge
muestras del material KBS de justo encima del estrato en que se había encontrado
a 1470 para la datación mediante argón-potasio. Tres dataciones dieron una edad
media de entre 220 y 7 millones de años !. Esto se consideró inaceptable para
este estrato dado su contenido fósil y así el "argón extraño" fue rechazado. En
las muestras de descalcificación se hicieron tests que dieron fechas de entre
2,37 y 3,02 millones de años que fueron consideradas "alentadoras". Posteriores
tests fueron haciéndose, y finalmente se le asignó una edad de 2,61 millones de
años que era "la estimación mejor y más aceptable" (Fitch & Miller, 1970,
Nature 226:226-228).
Puesto que KNMER 1470 procedía de la capa de material KBS, finalmente se
decidió que tenía 2,9 millones de años. Un cráneo esencialmente humano de 2,9
millones de años ! . En la revista del National Geographic de junio de 1973,
Richard Leacky dijo:
"O bien rechazamos este cráneo, o bien rechazamos todas nuestras teorías del
hombre antiguo". "El cráneo simplemente no concuerda con los modelos previos de
los comienzos humanos". "1470 arruina la noción de que todos los antiguos
fósiles pueden ser colocados en una secuencia ordenada de cambios evolutivos".
El problema era que 1470 fue claramente contemporáneo con el
Australopithecus, si no más antiguo, y aún parecía un hombre mucho más moderno
!. Esto desmontaba la creencia de los Australopithecines como los antecesores
del hombre. Increíblemente, cuando Richard Leaky habló en el Webster College de
St Louis, en febrero de 1984, el no mencionó casi nada de 1470 e insistió en que
la única razón para que 1470 tuviera tanta publicidad de los medios informativos
era que "el mundo era plano en 1972", aparentemente sugiriendo que no había
otras noticias más interesantes en el mundo de aquel tiempo !. Uno está tentado
a concluir que 1470 simplemente demostró que era demasiado difícil de tratar y
se le barrió debajo de la alfombra.
La aparición en forma humana de 1470 acompañado de su edad de 2,9 millones de
años fue un gran problema para Johanson que consideraba a su A. afarensis como
la única conexión entre los simios y el hombre. Con una muchisima más forma
humana del 1470 y siendo contemporáneo del afarensis, o incluso más antiguo,
ahora era improbable que sus fósiles fueran antepasados humanos. Así que
Johanson decidió que había que volver a datar al 1470. Lucy misma había sido
datada por varios métodos radiométricos y sus resultados variaban desde 2,5 a
3,7 millones de años, de donde se había elegido la cantidad de 2,9 como su "edad
absoluta". Johanson pidió ayuda a Basil Cooke que clama haber confecionado una
secuencia detallada del linage fósil de los cerdos que según él es consistente
en una amplia area geográfica. Este increíble esquema está basado en la
suposición de la existencia de un constante ratio de crecimiento del tercer
molar de ciertos cerdos fósiles encontrados en el sur de Etiopía. Este "índice
de los cerdos" se utilizó para volver a datar al 1470 de Leaky, y se obtuvo un
resultado inferior a los 2 millones de años, lo cual lo colocaba en el lugar
humano deseado. Para hacer las cosas más confortables para Lucy, Johanson
decidió volverla a datar en un esfuerzo para conseguir hacerla un poco más
vieja. En su libro LUCY, Johanson dijo:
"Esto significaba volver a Basil Cooke y sus secuencias de los cerdos. Esta
había ya enderezado el puzzle de la datación de Lago Turkana y había empujado al
cráneo de Homo habilis 1470 de Richard Leakey desde los 2,9 a los menos de 2,0
millones de años. Quizás también podría hacerlo con Lucy, pero en este caso
estirando su edad, no encogiéndola."
No es necesario decir, que Cooke cumplió aquellas expectativas y dijo que la
secuencia de cerdos mostraba:
"una edad de 3,0 - 3,4 mega-años. se ajustarían mejor a la edad de Lucy que
los 2,9 mega-años. estimados anteriormente". (p. 206-207)
Así es mucha de la objetividad científica en la paleoantropología y las
técnicas radiométricas de datación "absoluta". Para convertir todo este asunto
en más confuso aún, Garnis Curtis en Berkeley ha utilizado argón-potasio para
datar el material KBS con lo que obtuvo incluso fechas más recientes que la de
los cerdos. Su primer serie de pruebas mostraban una edad de 1,8 mega-años,
mientras que la segunda serie mostró 1,6 mega-años, Y para añadir caos a la
confusión, recientes estudios de rastros de circonio del material de KBS indican
para este estrato una edad de 3 mega-años !. Aproximadamente 8 de 10
muestras se descartan para la datación radiométrica en los laboratorios debido a
que se encuentran fuera del rango de la edad que "debieran tener" en una fuente
dada en la columna geológica. En su libro POTASSIUM ARGON DATING, PRINCIPLES,
TECHNIQUES AND APPLICATIONS TO GEOCHRONOLOGY, Dalrymple y Lanphere describen el
proceso completo de la datación radiometrica:
"Si la edad argón-potasio de un grupo de rocas concuerda con la secuencia
estratigráfica determinada en la base de relaciones físicas de evidencias
fósiles, entonces hay una buena probabilidad que las edades radiometricas sean
reales ..." (pag 197)
Una cosa está aquí clara, cuando los datos radiométricos aparecen en
desacuerdo con la edad asignada por los fósiles basados en las suposiciones del
evolucionismo, la supuesta edad evolutiva siempre tiene precedencia sobre las
fechas radiométricas "absolutas". Y todavía, los evolucionistas continúan
insistiendo en que sus métodos de datación son tan precisos y reales que las
fechas siempre salen las mismas cuando se utilizan varios diferentes métodos de
datación sobre una misma muestra.
HOMO ERECTUS
La historia del Homo erectus es indudablemente la más débil conexión del
escenario evolutivo. Todo ello comenzó poco después de la publicación del ORIGIN
OF SPECIES de Darwin, con un médico holandés de nombre Eugene Dubois, que ardía
en deseos de encontrar el "eslabón perdido" entre los simios y el hombre. Dubois
había sido un alumno de Ernst Haeckel en la Universidad de Jena. Haeckel es bien
conocido por su "ley biogenética" que mantiene que cada embrión durante su
desarrollo pasa secuencialmente a través de las etapas evolutivas de sus
antepasados. Hoy es bien conocido que Haeckel falsificó deliberadamente los
datos que utilizó para soportar esa tesis sin sentido. Jane Oppenheimer en su
libro ESSAYS IN THE HISTORY OF EMBRYOLOGY AND BIOLOGY (p.50) dijo:
"el trabajo de Haeckel fué la culminación de los extremos de la exageración
que siguieron a Darwin". "Las doctrinas de Haeckel fueron aceptadas ciegamente y
sin ninguna crítica".
Haeckel había inventado un simiesco hombre llamado Pithecanthropus alalus
(hombre mono sin habla) y sugirió que se le podría encontrar en algún
lugar del sur de Asia o Africa. Haeckel incluso encargó una pintura de su
hombre-mono que apareció con su mujer y su hijo.
Dubois estaba convencido que podía encontrar al Pithecantropus en Sumatra, y
como le falló su intento de conseguir financiación económica del gobierno
holandés para su búsqueda se enroló como cirujano en la Armada Real Holandesa
con el objetivo de ser destinado a Sumatra. Cuando se encontraba allí, oyó decir
que se había encontrado un cráneo fósil en la cercana isla de Java. Dubois
consiguió hacerse con ese cráneo y además encontró otro en el mismo lugar, pero
desafortunadamente estos cráneos fosilizados parecían hombres demasiado modernos
para ser de interés en la búsqueda de un hombre-mono. En setiembre de 1891
descubrió un gran diente molar en una cueva en los bancos del río Silver. El
siguiente mes descubrió otro diente molar. Un mes más tarde halló la parte
superior de un cráneo de simio. Al año siguiente halló un fémur humano a 46 pies
de distancia de donde encontró el trozo de cráneo. A pesar de que al principio
Dubois consideró al trozo de cráneo como perteneciente a un chimpancé, tras la
correspondencia con Ernst Haeckel, cambió de opinión y declaró que su colección
de trozo de cráneo, fémur y dos molares pertenecían a una misma criatura que
describió como "admirablemente parecido al prototipo del eslabón perdido".
Aquél eslabón perdido llegó justa a tiempo, cuando la teoría de Darwin estaba
bajo el fuego de la crítica debido a la ausencia de formas transitorias entre
las clases de animales mayores y especialmente entre el simio y el hombre.
Juntando un cráneo de simio con un fémur esencialmente de hombre moderno, e
insistiendo que su conglomerado representaba un espécimen, Dubois logró crear un
"hombre-mono" al que llamó Pithecanthropus erectus (hombre-mono
erguído). Originalmente aseguró que el estrato en el que estaba trabajado
era del plioceno (1 mega-año) pero tras encontrar su "hombre-mono" decidió que
realmente era terciario (10 mega-años). Evidentemente esto sucedía antes de la
existencia de los métodos de datación "absoluta".
Cuando Dubois exhibió su Pithecanthropus en Berlín, el distinguido anatomista
Rudolph Virchow rehusó incluso presidir el encuentro. Virchow señaló las
características típicamente de simio en el cráneo y además comentó que "el hueso
del muslo no tiene la más ligera conexión con el cráneo". Pero nada de ello,
hizo disminuir el interés del público por el Pithecanthropus y numerosas e
imaginativos dibujos artísticos de este "antepasado" del hombre se publicaron
para el beneficio de los laicos. G. K. Chesterton comentó:
"La gente hablaba del Pithecanthropus como de Pitt o Fox o Napoleón. Los
reportajes populares publicaban retratos de ello como si fueran retratos de
Charles I o George IV. Un dibujo detallado fue reproducido cuidadosamente
mostrando hasta el último pelo de su cabeza. Ninguna persona desinformada,
mirando ese cuidadoso retrato podría imaginar por un momento, que era el retrato
de un pequeño hueso de un cráneo, unos pocos dientes y un fémur".
Cuando a Dubois le empezaron a incrementar los ataques él comenzó a mantener
en secreto todo lo relativo a sus hallazgos fósiles. Se llevó fuera sus fósiles
e incluso llegó a esconder alguno bajo el suelo de su comedor. No fue hasta 40
años más tarde cuando reveló el paradero de otros dos cráneos fosilizados
humanos que había encontrado en el mismo estrato que el Pithecanthropus. Unos
años después, ántes de su muerte en 1940, Dubois mismo admitió que en su opinión
el cráneo de Pithecanthropus era en realidad de un mono gibón grande. Su
reconocimiento, sin embargo, no fue aceptado por los evolucionistas y en esta
fecha el Pithecanthropus todavía es considerado el "Homo erectus".
El otro fósil en el grupo del Homo erectus es incluso más enigmático --el
hombre de Pekin--. En 1929, una casi completa parte superior de un cráneo se
encontró en una cueva inundada de lodo en Choukoutien, cerca de Pekin. Este
cráneo era muy similar al hombre de Java. La cueva fué continuamente excavada
hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, y fueron encontrados fragmentos
de 14 cráneos, 12 mandíbulas inferiores y 147 dientes. Varios esqueletos de
hombres modernos se encontraron en un nivel más alto. Una vez más los fragmentos
de huesos de varios lugares fueron juntados para formar un cráneo completo. La
mandíbula inferior, por ejemplo, procedía de un nivel 85 pies más alto que el
resto de huesos de la cara. Luego se contrató a un escultor para modelar con
facciones de mujer al personaje, el resultado fue llamado "Nellie", un personaje
que aparece en muchos libros de texto. Desafortunadamente el cráneo se perdió
durante la ocupación japonesa de China en la segunda guerra mundial.
Una vez más como en muchas de las otros presuntos hallazgos de homínidos
fósiles, fueron hallados numerosas herramientas y evidencias de carnicería y
fuego. Científicos chinos han investigado intensamente Choukoutien, y han
encontrado más de mil fragmentos de herramientas de piedra, cráneos fragmentados
de más de 100 animales, así como fragmentos de cráneos de 6 Homo erectus. Los
cráneos muestras signos claros de haber sido rotos. Los científicos chinos
asumen que el Homo erectus hizo las herramientas y fuegos debido a que no tienen
confianza de que existieran Homo sapiens entre 500.000 y 1.000.000 de años !.
Otra vez más, Richar Leaky y sus colaboradores han añadido un capítulo de
confusión a la historia. En julio de 1984, un esqueleto fosilizado casi completo
de un chico de 12 años, obviamente humano, se descubrió en Lago Turkana en
Kenia. El esqueleto de este muchacho era como el de un humano moderno en todo
excepto en algunos pequeños detalles del cráneo, tenía una frente baja y unas
unas protuberancias ciliares notables, algo que tampoco es extraño en algunas
razas humanas actuales. Richard Leacky dijo que este muchacho pasaría
inadvertido entre una muchedumbre de hoy día. Como este esqueleto humano se
encontró en un estrato "datado" en 1,6 mega-años, se le clasificó de acuerdo
sólo con el dato de la edad y se le consideró como otro representante de ese
enigmático grupo de Homo erectus !.
EL HOMBRE DE NEANDERTHAL
A pesar de que el hombre de Neanderthal es el último que analizaamos aquí,
éste fué el primer "hombre-mono" que se ha descubierto. Ya hemos visto cómo los
paleoantropólogos han intentado convertir a monos en hombres, ahora veremos cómo
también intentaron convertir a hombres en monos. La historia comenzó en el valle
Neander de Alemania, cuando un maestro de escuela descubrió en 1856 una base de
cráneo, dos fémures, dos humeros y otros fragmentos de huesos. Una descripción
anatómica cuidadosa llevada a cabo por el profesor Schaafhaunsen determinó que
se trataban de restos humanos normales. Dos años más tarde se encontraron unos
cráneos similares en Belgica. Y sucesivamente se fueron hallando porciones de
esqueletos tipo Neanderthal en China, norte y centro de Africa, región
checoslovaca, Hungría, Grecia y el noroeste de Europa. Al principio no se dio
mucha importancia a estos hallazgos, pero con la publicación del ORIGEN OF
SPECIES de Charles Darwin, la búsqueda de antepasados simiescos del hombre
estaba abierta. Los darwinistas estuvieron clamando que el hombre de Neanderthal
era un hombre con forma de simio, mientras que muchos críticos de la tesis de
Darwin, como Virchow, argumentaban que estos individuos eran completamente
humanos pero que algo les había hecho sufrir de raquitismo o artritis. Esta raza
de hombres se caracterizaba por arcos ciliares prominentes, frente baja, cráneo
estrecho y alargado, mandíbula inferior sobresaliente con mentón corto.
También tenían un torso profundo con unos huesos de las piernas muy pesados y
curvados con amplias junturas.
En 1908 se encontraron varios esqueletos de Neanderthal en el pueblo de
LeMoustier y en La Chapelle-aux-Saints. Todos ellos fueron estudiados por el
profesor Boule del Instituto de Paleontología Humana de Paris. Boule dijo que
el grupo de Neanderthal era un tipo inferior mucho más cercano a los monos que a
cualquier otro grupo humano. Boule también pensaba que los Neanderthal eran
intelectualmente muy primitivos, y dedujo de ciertas vértebras cervicales que
tenían la postura encorvada típica de los monos, además sugirió que sus pies
eran de "tipo garra" como los de los gorilas y chimpancés. Finalmente concluyó
que el Neanderthal no podía andar erguido y que andaban de manera torpe. La
visión de Boles fue la que prevaleció y fue ampliada por muchos otros
evolucionistas hasta la mitad de los años 1950.
Un embarazoso hecho sobre el hombre de Neanderthal era que su capacidad
cerebral superaba a la del hombre moderno (1600 cc para La Chapelle-aux-Saints).
Boule y otros o ignoraron esto o despreciaron la significación de los 200 cc
extra. Uno se pregunta si se habría ignorado esto en el caso de que el cerebro
del Neanderthal hubiera sido 200 cc. inferior al del hombre moderno...
En 1957 los anatomistas Strauss y Cave examinaron La Chapelle-Aux-Saints y
determinaron que el individuo en cuestión sufría de artritis severa, que
afectaba a sus vértebras y encorvaba su postura. La mandíbula también se había
visto afectada. El dedo gordo del pie definitivamente no era prensil como Boule
clamaba, y la pelvis no era de forma de la de simio. En sus conclusiones
comentaron:
"si él pudiera ser reencarnado y colocado en un calle de New York,
adecuadamente bañado, afeitado y vestido con ropa moderna, es muy dudoso que
atrajese la atención más que algunos de los otros moradores de la ciudad".
Hoy día el hombre de Neanderthal está clasificado como Homo sapiens. Pero
incluso en el presente ha habido una gran reticencia para permitir al hombre de
Neanderthal ser completamente humano. En la revista Smithsonian publicada en
1975, por ejemplo:
"Por un instante pareció que el hombre de Neanderthal había sido
rehabilitado, y se había deslizado hacia la rama principal de la evolución
humana, pero la situación aún está candente".
En una conferencia en la Universidad de Washington en mayo de 1984, pareció
arrepentirse de que se hubiera clasificado al hombre de Neanderthal como Homo
Sapiens e insistió en que este "hombre" era demasiado primitivo para que se le
clasificara así. Olvidandose en esto la irresistible prueba que disponemos de la
en cierto modo sofisticada cultura del hombre de Neanderthal. Sabemos que
enterraba a sus muertos, que hizo una variedad de herramientas de piedra, que
trabajó las pieles y la lana, y hay evidencias que indican que desarrolló una
forma de farmacia, odontología y cirugía.
En un artículo en Science (Octubre 1981) fue admitido que el estatus humano
del Neanderthal había sido durante mucho tiempo calumniado. El artículo trataba
de un escultor, Jay Matterens que se especializó en encarnar cráneos para
pruebas forenses. Con la ayuda de anatomístas, Matterens, había recubierto de
"carne" el cráneo de un hombre de Neanderthal y su resultado obviamente humano
había escandalizado a los evolucionistas. Matterens admitió que tuvo que luchar
contra sus convicciones a la hora de dibujar lo que las medidas indicaban. El
artículo acababa con la conclusión de que:
"en la perspectiva de muchos paleoantropólogos, la historia de la evolución
humana ha sido fantaseada para adecuarse a necesidades distintas al rigor
científico".
CONCLUSION
Parece no existir un fin a la especulación sobre los antepasados bestiales
del hombre, y parece que todo el cuidado científico ha sido arrojar estas
especulaciones al viento. En 1976 por ejemplo, Dr. Geoffry Bourne, Director del
Yerkes Regional Primate Research Center en Emory University declaró que los
simios y los simios son en realidad los descendientes del hombre !. El Dr.
Bourne basó su opinión en que los fósiles del hombre son anteriores a sus
supuestos simiescos ascendientes (Australopithecus y Homo erectus) y que el feto
humano guarda cierto parecido al del simio.
En su libro BEYOND THE IVORY TOWER (1970) el anatomista Sir Solly Zuckerman
hizo un "ranking" de los varios campos de la ciencia en orden decreciente a su
validez científica. Su orden fue: física, química, biología, ciencia social:
"Nos movemos en sentido contrario al de registrar la verdad objetiva en
aquellos campos de la presunta ciencia biológica, como la ESP o la
interpretación de la historia de los fósiles del hombre, donde es posible tener
una completa fe a cualquier cosa, y donde el creyente ardiente a veces es capaz
de creer varias cosas contradictorias al mismo tiempo".
Dr. David Pilbeam un antropólogo de Harvard parece haber llegado a unas
conclusiones similares. En una revisión del libro de Richard Leakey ORIGINS en
American Scientist (66:379 May June 1978) dijo que era "un ejemplo claro de
nuestro corriente consensuada vista de la evolución humana es la curiosa forma
de hacer las dataciones". Y concluyó con los siguientes pensamientos:
"Mis reservas no son tanto con respecto a este libro como al asunto entero
de la metodología de la paleoantropología. Pese a que la revisión de un libro no
es el lugar más adecuado para explicar que quizás generaciones de estudiantes de
evolución humana, incluyéndome a mí mismo, han sido empujadas hacia la
oscuridad: que nuestra base de datos es demasiado escasa, demasiado escurridiza,
para permitirnos moldear nuestras teorías. Más bien las teorías son meros
disertaciones sobre nuestra ideología que sobre el pasado. La paleoantropología
revela más acerca de cómo los humanos se ven a sí mismos que acerca de cómo los
humanos vinimos aquí. Pero esto es herejía".
A pesar de toda esta debilidad y a menudo carácter acientífico, la evolución
humana continuará indudablemente siendo el cuento más popular en toda la leyenda
de la evolución de las especies. Cuando Richard Leaky habló sobre evolución
humana en el Webster College de St. Louis hace algunos años, docenas de
autobuses escolares llevando muchachos en diversos grados escolares llegaron
casi una hora antes del comienzo de la charla. Cientos de personas que no
pudieron encontrar sitio en el auditorio se arremolinaron en el vestíbulo para
escuchar la charla en un sistema PA. Como es tan corriente en el caso de este
tipo de charlas sobre la evolución, Mr. Leaky no perdió esta oportunidad para
proselitizar las implicaciones políticas, religiosas y sociales del
evolucionismo y del origen aimal de los hombres. La familia de simios que se
consideren los antepasados del hombre irán continuamente cambiando, como ha sido
en el pasado, pero esto no es tan importante para el evolucionismo como lo es el
"dogma" central y sus profundas implicaciones -- el hombre es un
animal--.
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