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La Bombonera
30 de Agosto, 2008, 10:31
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70 latidos¿Siete
décadas atrás, cuando se empezaba a construir, alguien imaginaba que la
Bombonera sería un punto turístico? Y hoy, inexpugnable, sigue de
fiesta.
Los micros y combis llegan sin parar. Uno detrás de otra mientras
dure la luz del día. A bordo, con sus caras pegadas a las ventanillas,
como asombrados, turistas de todo el mundo con sus cámaras de fotos o
filmadoras. Casi dos millones y medio de extranjeros visitaron la
Ciudad de Buenos Aires durante el año pasado. El tango, el cambio, la
oferta cultural, la arquitectura y el fútbol son algunos de los motivos
por los que eligen este destino. Y entre los cinco lugares preferidos
para ir a visitar, se encuentra el barrio de La Boca, el club y su
estadio. Difícilmente, cuando comenzó la construcción de la Bombonera,
hoy hace justo 70 años, alguien haya imaginado que esa edificación
enclavada en el centro de un barrio de inmigrantes italianos podía
llegar a convertirse, por un lado, en semejante atracción para el
turista; y por otro, en una fortaleza inexpugnable para todo equipo
visitante.
Visitada por argentinos y extranjeros, templo sagrado
para los hinchas de Boca, el secreto de lo que genera la Bombonera se
encuentra en tres factores que van de la mano, como la arquitectura, la
mística y la popularidad del dueño de casa. Porque lo especial de su
diseño original fue adquiriendo mayor significación con el paso de los
años, los mitos, las leyendas, las hazañas, los éxitos y los latidos de
un estadio con vida propia. Hasta formar el combo actual: la cancha más
pintoresca, atemorizante e inviolable.
Llevar adelante la
construcción de su estadio, sin embargo, no fue fácil para Boca y
demandó ocho años. La primera iniciativa se tomó a mediados de 1931, en
una asamblea realizada en el tradicional Salón Verdi de la avenida
Almirante Brown, cuando se aprobó la compra de las tierras en las que
estaba la vieja cancha de madera. Recién a mediados de 1935, luego de
conseguir aportes privados, se logró comprar ese terreno y cerrar la
calle Pinzón (la que ahora muere contra la parte de atrás de los
palcos). Y el 18/2/38 se puso la piedra fundamental, gracias a una ley
que permitía a las financieras dar préstamos en títulos de deuda
pública a los clubes que tuvieran terreno propio. También resultó clave
el cambio de mando, la salida de Camilo Cichero y el ingreso de Sánchez
Terreno, yerno del Presidente de la Nación, Agustín P. Justo, quien
había puesto esa condición para conceder los préstamos.
El
desafío que demoró el comienzo de la obra era construir en un espacio
muy chico, de 187 metros de largo por 114 de ancho (20% menor que la
cancha de Estudiantes) un estadio de gran capacidad. Por eso, durante
años todos los proyectos resultaron inapropiados. Hasta que el
ingeniero José Luis Delpini, un precursor mundial de las estructuras de
hormigón armado y el mismo que hizo el Mercado del Abasto, planteó una
propuesta original, inversa a lo habitual. "Proyectamos, primero, el
estadio ideal, y sobre éste dibujamos el terreno realmente disponible,
y finalmente eliminamos la parte que no podía incluirse en él", explicó
Delpini en La Ingeniería, una publicación del Centro Argentino de
Ingenieros. El resultado de ese proyecto fue un estadio con tres lados
con tribunas y uno rebanado.
La falta de terreno también obligó
a desarrollar un sistema distinto e idear las famosas bandejas en forma
de "escamas", más empinnadas que lo normal y superpuestas una sobre
otra, que asoman cinco metros por encima de la calle, formando un
techito.
Con el proyecto indicado, el 30 de agosto de 1938
arrancó la construcción de esa obra que se convirtió en la casa de la
Mitad más Uno. Fueron 20 meses de trabajo. En los que Boca, mientras
tanto, hizo de local en la cancha de Ferro y después le pagó el
alquiler entregando los tablones de la vieja cancha. Y finalmente, el
25/51940, fue inaugurada con un amistoso ante San Lorenzo (2-0) y
aunque en ese tiempo tenía dos bandejas, enseguida se notó lo especial
de su acústica, la caja de resonancia que amedrenta adversarios.
Ganadora
de premios internacionales por lo original de su proyecto, la Bombonera
también logró su mística por la popularidad y los éxitos de su
propietario, por haberse convertido en un campo inviolable desde su
mismo nacimiento, ya que desde el debut en 1940 el equipo ganó 13
partidos consecutivos y se coronó campeón. Esas rachas se repitieron a
lo largo de toda la historia, una y otra vez. Hoy, por ejemplo, lleva
28 partidos internacionales invicto y también 28 locales.
Fue a
fines de los 90, sin embargo, que la Bombonera le sumó a su tradicional
folclore un aspecto mucho más fashion y se puso a la altura de los
principales escenarios del mundo. Y los títulos locales e
internacionales que llegaron en fila fueron la mejor publicidad... Así,
anualmente, 250.000 personas pasan por el Museo de la Pasión y hacer el
Estadio Tour. Todo para conocer por adentro ese mítico escenario que
hace 70 años empezó a construirse y actualmente sirve de fortaleza del
equipo más ganador de títulos internacionales del fútbol mundial.
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